Han pasado 25 años desde que Britney Spears lanzó Oops!… I Did It Again, el álbum que no solo consolidó su reinado como princesa del pop, sino que también nos regaló una de las portadas más reconocibles del cambio de milenio: Britney, rodeada de cortinas de cristales, con un fondo dorado que parecía sacado de un sueño retro.
Y sin embargo, desde hace años circula un rumor que ha sobrevivido a generaciones de fanáticos: que esa foto fue tomada en la casa de Lenny Kravitz. Suena bien como anécdota, tiene una vibra estética que encaja… pero es completamente falso.
La historia real detrás de la imagen dorada
Para entender de dónde salió el mito, hay que regresar al año 2000. Britney Spears ya era una estrella global tras el éxito arrollador de su primer disco, pero todavía estaba definiendo su estilo visual y la imagen con la que quería que el mundo la recordara.
La portada de Oops! fue realizada por el fotógrafo Mark Seliger, quien ya había trabajado con artistas de la talla de Rolling Stones y Kurt Cobain. El rumor de Kravitz quizás nació del hecho de que Seliger ha fotografiado en múltiples ocasiones al rockero, o por la cercanía profesional entre ambos. Pero la conexión se queda ahí.
En entrevista con Hola! USA, Ruth Levy —productora ejecutiva de Seliger— confirmó que la sesión no fue en la residencia de Kravitz. “Es un mito. La sesión de fotos se hizo en un estudio, no en ninguna casa famosa”, afirmó con claridad.
El set fue diseñado exclusivamente para Britney por el diseñador de producción Walter Barnett, quien reveló que la inspiración vino de interiores de los años 60. Usó revistas y libros antiguos para recrear un look glamuroso, dorado, y con toques teatrales que, sin saberlo, se volvería icónico.
“No teníamos Pinterest, ni Google Images. Era pura investigación visual a la vieja escuela”, explicó Barnett en declaraciones recogidas por Teen Vogue.
El origen del rumor y una foto que lo avivó
Parte de la confusión podría haber surgido también por una foto poco conocida en la que Zoë Kravitz aparece junto a Britney Spears en un backstage, tomada alrededor de esa época. Aunque no tiene relación directa con la portada, la imagen alimentó especulaciones durante años en foros de fans y redes sociales.
Y como suele pasar en la cultura pop, a veces basta una chispa para encender una leyenda urbana.
Un álbum que marcó a toda una generación
Más allá de su portada, Oops!… I Did It Again fue una bomba comercial. Vendió más de 1.3 millones de copias en su primera semana solo en Estados Unidos, y más de 20 millones a nivel mundial. Su estética —desde el videoclip espacial hasta el diseño del disco— ayudó a definir la identidad visual de una generación que creció con MTV, Discman y posters en las paredes.
Hoy, la imagen de Britney colgando entre cristales sigue inspirando editoriales de moda, campañas de maquillaje y homenajes nostálgicos. Pero si algo quedó claro en estos 25 años es que ese dorado no vino de la mansión de una estrella de rock, sino de la imaginación de un equipo creativo que sabía exactamente cómo hacerla brillar.
