Desde una princesa azteca sanada milagrosamente hasta guitarras que aún suenan en la montaña, la icónica marca mexicana de agua mineral rinde homenaje a sus raíces con una campaña tan vibrante como su legado.
Topo Chico no es solo una bebida. Es cultura embotellada. Y ahora, en su 130 aniversario, la marca mexicana que ha conquistado corazones —y gargantas— en todo el continente lanza una ambiciosa campaña que mezcla historia, leyenda y tecnología para celebrar más de un siglo de sabor, herencia y autenticidad.
Fundada en 1895 y embotellada desde entonces en el mismo manantial del Cerro del Topo Chico, en el norte de México, Topo Chico ha crecido de culto regional a fenómeno internacional, especialmente en Estados Unidos. Pero muchos aún desconocen el origen de su nombre, o el significado detrás de su mística identidad. Eso está a punto de cambiar.
Una celebración hecha película
La campaña del aniversario gira en torno a tres cortometrajes inspirados en las leyendas que rodean a la marca:
‘Princess’ narra la historia de una princesa azteca que, gravemente enferma, bebió del manantial y sanó milagrosamente.
Publicidad‘A Good Year’ revive el año 1902, cuando un volcán en Martinica alteró la temperatura del agua de Topo Chico, desatando rumores de energía mística.
‘Special Delivery’ lleva a los espectadores a los años 60, cuando mariachis y bandas go-go tocaban en un hotel musical sobre la montaña, cuyas guitarras aún se oyen —dicen— en noches cálidas.
Las historias, aunque basadas en hechos reales, se cuentan con una mezcla de verdad, magia y orgullo cultural. “Estas leyendas han evolucionado con el tiempo, como toda buena historia que se respeta”, dijo Luke Perkins, director de estrategia creativa.
La pieza final, un corto de dos minutos titulado ‘The Source of the Legend’, une las tres narrativas en una antología que rinde homenaje al carácter legendario de la marca.
Con el cine como aliado y México como escenario
Para lograr ese tono místico y auténtico, la marca recurrió a dos pesos pesados del cine mexicano: Rodrigo Valdés y Rodrigo Prieto, este último conocido por su trabajo como director de fotografía en filmes de Martin Scorsese. Las piezas se rodaron en México con equipos locales y el asesoramiento de historiadores universitarios.
“Queríamos hacer infotainment, no publicidad tradicional. Contar quiénes somos sin perder la esencia”, explicó Fred Mitchell, director senior de marketing.
Burbujas con pasado… y futuro
La campaña no se queda en los cortos. Incluye activaciones físicas, experiencias en realidad aumentada, eventos en vivo y botellas con etiquetas vintage de 1895, 1912, 1926, 1943 y 1970, disponibles en tiendas como Kroger, Walmart, Safeway y Whole Foods. Al escanearlas, los consumidores podrán acceder a contenidos exclusivos en AR, ampliando la experiencia de la marca.
Topo Chico llega a este aniversario en plena expansión nacional en EE. UU., impulsada por la estrategia de The Coca-Cola Company —propietaria desde 2017—, que ha apostado por crecer sin perder autenticidad. Nuevas líneas como Topo Chico Sabores, elaboradas con jugo real y extractos herbales, han permitido a la marca entrar en nuevas categorías sin traicionar su ADN.
Pero quizá el dato más simbólico es que la relación entre Topo Chico y Coca-Cola se remonta a los años 20, cuando la primera Coca en México fue embotellada precisamente en una planta de Topo Chico. Desde entonces, el vínculo ha sido constante, especialmente con Arca Continental, uno de los principales embotelladores de Coca-Cola en Latinoamérica.
“Topo Chico no es solo agua mineral. Es una leyenda mexicana que sigue escribiendo su historia, burbuja tras burbuja”, dijo Mitchell. “Y esto apenas comienza”.