Del 7 al 9 de abril de 2025, la histórica fortaleza de Dalt Vila en Ibiza se transformó en el escenario de la primera edición del Red Bull Ibiza Royale, una carrera de obstáculos que atrajo a 200 equipos mixtos de 50 países, seleccionados entre más de 40.000 solicitudes.
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Un recorrido desafiante en un entorno emblemático
El evento presentó un circuito de 1,4 kilómetros con nueve obstáculos únicos, diseñados por atletas de renombre y creadores de contenido, que culminaba en lo alto del castillo de Dalt Vila. La competición inició el martes en Platja d’en Bossa, donde los equipos más rápidos obtuvieron ventajas para la siguiente fase, celebrada el miércoles en el centro de Ibiza.
Dominio sueco en la Gran Final
La pareja sueca ‘Swedish Blue Bulls’, compuesta por Linnea Stenson y Daniel Ekström, se alzó con la victoria al completar el recorrido en un tiempo récord de 7 minutos y 59 segundos. “Es increíble. Aplicamos sin pensar que realmente llegaríamos a Ibiza, y ahora estamos aquí sosteniendo el trofeo”, expresó Ekström. Stenson añadió: “Ambos competimos en carreras de obstáculos en Suecia, pero nunca como equipo. Toda esta experiencia ha sido una locura, ¡muy divertida!”
El podio lo completaron los equipos de Canadá (‘The Hybrid Storm’) y Eslovaquia (‘Tarzan & Jane’), quienes demostraron una notable destreza y coordinación en el desafiante circuito.
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El evento atrajo a miles de asistentes —entre locales, turistas y fanáticos del deporte extremo—, y encendió la economía local: hoteles llenos, restaurantes repletos y una comunidad que vivió el deporte como una verdadera celebración, abriendo nuevas puertas y posibilidades para posicionar a la isla no solo como un paraíso de verano, sino también como un punto caliente para eventos internacionales de alto impacto.
Y aunque solo una pareja se llevó el trofeo (pases VIP a la fiesta de música electrónica ‘Tomorrowland’), todos los que estuvieron allí ganaron algo: una nueva forma de mirar a Ibiza, no solo desde la comodidad de una playa, sino desde el vértigo de una muralla, el sudor de una meta y el rugido de una multitud que, por unos días, cambió el ritmo de la isla por una carrera hacia la gloria.