Hay despedidas que duelen, pero también iluminan. Con la muerte de Val Kilmer a los 64 años —confirmada este 2025 tras años de lucha contra el cáncer de garganta—, el documental ‘Val’ cobra un nuevo significado. Ya no es solo un retrato íntimo de un actor legendario: es una carta de despedida hecha con amor, con arte y, sobre todo, con verdad.
Disponible en Amazon Prime Video, Val (2021) nos ofrece algo que pocas figuras públicas se atreven a compartir: una autobiografía en movimiento. Narrado por su hijo Jack Kilmer, ya que Val perdió su voz tras una traqueotomía, el filme reconstruye su vida con material inédito grabado por el propio actor durante más de 40 años.
Y lo que vemos no es solo a Iceman de Top Gun, o a Jim Morrison en The Doors, o incluso al Batman más incomprendido. Vemos a Val Kilmer: hijo, padre, artista obsesivo, alma sensible, actor que vivió entre la fama y el vacío.
¿Por qué hay que ver ‘Val’ ahora?
Porque pocas veces un artista logra contar su historia con tanta humanidad. Porque tras su partida, ‘Val’ se convierte en su legado más puro y honesto. Y porque en tiempos de biopics fabricadas al milímetro, este documental brilla por su imperfección, por sus silencios, por lo que muestra… y por lo que deja sentir.
Kilmer lo filmó todo: rodajes, castings, su época dorada, su teatro experimental, sus altibajos. No hay poses. Hay melancolía, amor por el cine, rabia por la enfermedad, esperanza. Val no idealiza ni dramatiza: emociona.
Y quizás el momento más simbólico ahora, después de su muerte, es cuando vemos ese reencuentro con Tom Cruise en Top Gun: Maverick. Fue breve, pero profundamente emotivo. Fue la última vez que muchos lo vieron en pantalla. Ahora entendemos el peso que cargaba esa escena. Ya no era solo Iceman. Era Val, diciendo adiós.
