Hay regresos que se sienten como volver a casa. Y el de Exatlón Estados Unidos es uno de ellos. El reality deportivo de Telemundo, que une disciplina, sudor, familia y emoción, ya tiene fecha de retorno: 2 de diciembre de 2025, y lo hace con una décima temporada que no solo marca un récord, sino una nueva etapa para el programa.
En conversación con Popticular.com, el periodista y presentador venezolano Frederick Oldenburg compartió, con esa mezcla de orgullo y nostalgia que solo da el tiempo, cómo se vive volver a las arenas que ya forman parte de su historia personal y profesional.
“Ya Exatlón es parte de mi vida”, confesó entre risas, recordando que cuando comenzó a cubrir el proyecto ni siquiera tenía canas. Hoy, con más experiencia y siete temporadas consecutivas en su haber como narrador principal, Frederick habla del programa con la certeza de quien conoce cada rincón, cada obstáculo y cada historia que se construye detrás de cámaras.
Y no exagera. Exatlón se convierte, año tras año, en una prueba de fuego para sus colaboradores. Grabaciones largas, meses lejos de casa, celebraciones familiares en República Dominicana y jornadas donde el cuerpo también pasa factura. Pero para Frederick, ese desgaste se vive con pasión. Él no lo ve como un sacrificio, lo vive como narrar un Mundial o unos Juegos Olímpicos. Con respeto, entrega y emoción real.
La nueva temporada llega con cambios claros. Una nueva generación de atletas toma la arena, combinando rostros debutantes con algunos competidores que regresan por revancha, pero con un detalle que lo cambia todo: ninguno ha sido campeón antes. Eso garantiza que por primera vez veremos nuevas figuras levantar el trofeo y entrar al selecto grupo de ganadores de Exatlón.
“Vamos a tener un nuevo campeón y una nueva campeona”, adelantó Frederick, subrayando que esa incertidumbre es uno de los mayores atractivos de esta edición.
A esto se suma un giro en lo visual y estructural: nueva villa, nuevos parques de competencia, circuitos completamente modificados y el regreso del famoso tablero del dinero, ese que tantos fanáticos pedían de vuelta y que vuelve a convertirse en motor de motivación para los atletas.
Pero más allá del espectáculo, Oldenburg insiste en algo que define el ADN del programa: su capacidad de reunir a las familias frente al televisor. Desde niños hasta adultos mayores, Exatlón se convierte en una experiencia compartida, donde se valora la constancia, el esfuerzo, el sacrificio y la disciplina. Valores que hoy, más que nunca, siguen conectando con la audiencia hispana.
República Dominicana, su base de operaciones, también se vuelve protagonista. No solo por su belleza natural, sino porque se transforma en ese segundo hogar donde Frederick ha pasado Navidades, Años Nuevos y cumpleaños por cumplir con su rol al frente de las transmisiones.
“Respirar arena, barro, vivirlo en carne propia… eso también me hace falta”, dijo con sonrisa sincera, dejando claro que lo suyo con Exatlón no es solo trabajo: es vínculo, historia y pertenencia.
Esta décima temporada no solo celebra una década al aire, también confirma que Exatlón se mantiene como uno de los realities más sólidos de Telemundo, el de mayor longevidad en su tipo dentro de la cadena, y uno que sigue reinventándose sin perder su esencia.
Y como antesala a todo lo que viene, Frederick comparte detalles, emociones y anécdotas en una conversación cercana que ya está disponible en video.
Mira aquí la entrevista completa con Frederick Oldenburg en Popticular aquí:
