Desde ya, Frankenstein de Guillermo del Toro se perfila como una de las apuestas más ambiciosas del año cinematográfico. Esta versión llega con una promesa distinta: revisión estética, carga emocional y una presencia central para Jacob Elordi como nunca antes, convirtiendo al monstruo en protagonista de su propia narrativa.
Del Toro tomó la clásica novela de Mary Shelley y la retuerce con su sensibilidad visual. En su adaptación, Victor Frankenstein, interpretado por Oscar Isaac, encarna la ambición científica, mientras Elordi toma el rol de la criatura con un enfoque íntimo.
En el tráiler completo, ya vemos que Frankenstein será mucho más que terror: estará poblado de conflicto emocional, exigencia estética y humanidad retorcida.
El rodaje corrió contra reloj cuando se rehízo el diseño del monstruo en poco más de nueve semanas para adaptarlo a Elordi luego de que Andrew Garfield abandonara el papel. La decisión fue arriesgada: del Toro dijo que Elordi tenía los ojos para sostener la mezcla de inocencia y crueldad que busca en esta criatura. Esa elección ya habla fuerte de la confianza que el director deposita en él.
El primer tráiler lo deja claro: Elordi le da voz al monstruo. Sus líneas “My maker told his tale, and I will tell you mine” abren una nueva lectura donde la creación narra su versión de la historia, invirtiendo la relación de poder entre creador y criatura.
En medio de fuego, sombra y violencia, la criatura busca al Dr. Frankenstein con sed de respuestas y exigencia: que le vean, que lo reconozcan.
No todo gira en torno a él, pero sin duda su desempeño define el pulso emocional del filme. Mia Goth, Christoph Waltz y otros nombres respaldan, pero Elordi carga con la tarea central de humanizar lo monstruoso.
Esa tensión es el latido que del Toro quiere mostrar: si la monstruosidad es inherente o impuesta.
El proyecto ya recibió aplausos en su estreno en Venecia, donde Colegas del cine y público se mantuvieron de pie por minutos. Noticias reportan que tanto Elordi como Isaac se emocionaron tras esa ovación. Es un indicio poderoso: esta película no busca solo impresionar con efectos, quiere conmover.
También cabe destacar que Frankenstein estrenará en salas el 17 de octubre y llegará a Netflix el 7 de noviembre. Además, habrá una función en IMAX limitadas, para que la experiencia visual tenga su grandeza merecida.
Quizá lo más interesante es cómo del Toro hace que ese monstruo, el que tradicionalmente es silencio y rugido, hable, se grite, reclame justicia o pertenencia. Y lo hace en los ojos de Jacob Elordi, quien no solo actúa lo monstruoso: lo siente, lo encarna, lo redime. Cuando la criatura se convierte en narrador, el horror deja de ser algo exterior: lo humano y lo grotesco colindan.
Por momentos veremos a Victor Frankenstein convulsionado por su ambición, pero la fuerza del relato vendrá del dolor interno, de la voz del que fue creado, no del que creó. Esa inversión narrativa requiere un actor que digiera complejidad. Y Elordi lo hace. No siempre con palabras, a veces con su mirada, su postura, su herida visible.
Si algo promete esta versión de Frankenstein, es que no será una réplica del horror clásico: será un retrato ardiente de identidad, culpa y redención. Para los amantes del cine de monstruos, del drama gótico y del cine como espejo, será una cita ineludible.