El sábado 20 de septiembre de 2025 quedó marcado como una fecha histórica para Puerto Rico y la música latina. La última función de la residencia No Me Quiero Ir de Aquí: Una Más de Bad Bunny en el Coliseo José Miguel Agrelot fue transmitida en vivo a través de Amazon Music, Prime Video y Twitch, alcanzando cifras sin precedentes y convirtiéndose en el concierto de un solo artista más visto en la historia de las plataformas de Amazon.
Más que un cierre de gira, el livestream global consagró un fenómeno cultural, económico y social que durante más de dos meses transformó a San Juan en epicentro de la conversación mundial.
Impacto económico y turístico sin precedentes
La residencia, que arrancó el 11 de julio con 31 presentaciones consecutivas y todas con boletos agotados, generó un efecto directo en la economía local. Según datos de Discover Puerto Rico citados por Billboard y El Nuevo Día, solo en su primera mitad los conciertos habían aportado más de 200 millones de dólares a la isla, con estimaciones finales que superan los 400 millones.
El efecto se sintió en todos los frentes: ocupación hotelera récord en zonas como Condado, Isla Verde y Miramar; restaurantes y bares abarrotados; comercios, moda y artesanías con un repunte de ventas; y un flujo turístico que revitalizó la temporada baja. Los vuelos hacia San Juan aumentaron en hasta un 18 % durante las fechas de la residencia, de acuerdo con cifras compartidas por JetBlue y medios locales.
Un espectáculo diseñado para Puerto Rico
No Me Quiero Ir de Aquí nació con un propósito claro: priorizar al público local. Las primeras funciones fueron exclusivamente para residentes de Puerto Rico, un gesto de agradecimiento que reforzó el vínculo de Benito con su isla.
El escenario se convirtió en un símbolo cultural, con escenografías que evocaban la naturaleza boricua, la cotidianidad del Caribe y una pieza central que se robó la atención: La Casita. Este espacio recreaba una vivienda típica puertorriqueña y funcionó como un segundo escenario donde celebridades y amigos del artista compartieron momentos únicos.
Por allí pasaron figuras como Penélope Cruz, Javier Bardem, LeBron James, Kylian Mbappé, Austin Butler, Belinda, Ricky Martin, Residente y Maluma, quienes hicieron del espacio un ícono viral. El baile de Austin Butler en La Casita incluso se volvió tendencia global, demostrando cómo la residencia mezcló música, espectáculo y cultura pop.
La aparición sorpresa de Marc Anthony
El momento cumbre de la última noche llegó con la presencia de Marc Anthony, leyenda de la salsa, quien se unió a Bad Bunny para interpretar “Preciosa”, el clásico de Rafael Hernández Marín.
La canción, considerada un himno de amor a Puerto Rico, se convirtió en el broche perfecto para una residencia que había girado en torno a la identidad cultural de la isla. Fue la primera vez en casi dos décadas que Anthony interpretaba el tema en vivo, lo que añadió un valor histórico y emocional al dueto.
Más allá del entretenimiento: legado cultural y social
La colaboración con Amazon no se limitó a la transmisión global. Como parte de la alianza, se anunciaron iniciativas educativas, de desarrollo económico y apoyo comunitario en Puerto Rico, confirmando que el proyecto buscó trascender los escenarios.
Bad Bunny, quien ya había mostrado su compromiso social en múltiples ocasiones, volvió a usar su plataforma para visibilizar a la isla y proyectarla al mundo no solo como destino turístico, sino como espacio de cultura, resiliencia y futuro.
El resultado es doble: un hito musical que rompió récords y un legado económico y cultural que deja huella en Puerto Rico. En retrospectiva, No Me Quiero Ir de Aquí no fue únicamente la residencia de un artista, sino un fenómeno que redibujó la relación entre espectáculo, identidad y comunidad.